jueves, 20 de marzo de 2014

De Olimpiadas y utilidad de la Filosofía





Me agrada el premio (accésit) de la Olimpiada de Filosofía que ha obtenido Óscar Díez por dos razones:

1. porque es un alumno motivado por el conocimiento en todos los aspectos interdisciplinares.
2. por la gran cantidad, según me cuentan, de proyectos presentados y el gran nivel (ex contradictione quod libet) que tiene este galardón de alumnos y profesores deseosos de defender la Filosofía y su utilidad en tiempos tan oscuros para los saberes humanísticos.

Quiero que sirva este  elogio de locura actual como crítica a todos los que se empeñan en despreciar, en el mejor de los casos, a los alumnos  y docentes de la Enseñanza Pública, desde la Administración recortando Derechos de los más débiles hasta las tertulias de turno en las que quedamos todos como inservibles.
Hay trabajos que no se ven pero llenan, hay posos invisibles que valen más que un cheque. Resulta necio no distinguir entre valor y precio.

Los que llevamos muchos años dedicando el tiempo a lo "inútil" (véase ética y filosofía) sentimos un espasmo ante la hipocresía instaurada en los podiums de turno. El día 28 por la tarde recibirá el premio a su esfuerzo en el Viejo Instituto Jovellanos de Gijón, si algún responsable político (izda. y dcha. y aledaños) que recorta derechos tiene el arrojo de dárselo que no olvide después lavarse las manos: los que creemos en un futuro mejor sabemos que aquellos a los que galardonan mañana les echaran de sus cargos y de su prepotencia sin escrúpulos.

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